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Al dirigirme hacia Murumendi me llamo la atención la estructura de este arbol,extendiendo sus ramas,como para recojer sus hojas caidas por el viento.
Cuando llegas a Aránzazu te das cuenta que es un lugar especial un lugar para el recogimiento y la paz interior de cada uno.
Desde la cruz de Aloña las vistas son preciosas, se ven parte de los montes emblemáticos de Vizcaya es un balcón excepcional.
Principio del otoño
Faro en la bocana,de pasaia